Estas poesías representaron, en su momento, una revolución en relación con la expresión poética. Para Martí, realidad y poesía son una misma cosa: el símbolo es un laberinto donde hay que hurgar en busca de la belleza y el concepto.
«Mis amigos saben cómo se me salieron ‘estos versos del corazón’. (…) Me echó el médico al monte: corrían arroyos, y se cerraban las nubes: escribí versos. A veces ruge el mar, y revienta la ola, en la noche negra, contra las rocas del castillo ensangrentado: a veces susurra la abeja, merodeando entre las flores.»
Versos sencillos fue publicado por primera vez en 1891.