Un lugar donde esconderse, indaga de manera oportuna y trágica en el comportamiento del ser humano. El escondite del que habla Borel, es un espacio íntimo, confuso, lleno de laberintos, del que se nos obliga a salir cuando nos encontramos frente a la realidad, a veces cruda y otras veces menos ofensiva, pero siempre amenazante.
Borel consigue crear en cada uno de los relatos ambientes complejos, con personajes que se enfrentan a una especie de sombra, que a ratos cargan como un pesado lastre o se va construyendo a partir de malas decisiones. En definitiva, este es un conjunto de cuentos que conecta con los lectores precisamente por la sincera y profunda fragilidad manifestada en cada uno de ellos, llegando a confesar la única verdad posible, y es que irremediablemente estamos solos en el mundo.