Sonata for Flute, Viola and Harp
La obra intermedia de las tres sonatas tardías de música de cámara se compuso en la primavera de 1915, inmediatamente después de la sonata para violonchelo (HN 633). La innovadora combinación de sonidos (un instrumento de viento, un instrumento de cuerda y un instrumento pulsado) contribuye en gran medida a la impresión de melancolía contenida. El propio Debussy lo confirmó diciendo: “Es terriblemente triste. ¿Y no sé si hay que reírse o llorar por ello? ¿Quizás ambas cosas al mismo tiempo? En otra ocasión destacó las similitudes con su propio estilo compositivo de la década de 1890, comentando de la sonata: “Me recuerda a un Claude Debussy muy antiguo, el de los Nocturnos”.