Sonata in Four Parts for Violin and Violoncello
En 1920, su editor Durand le pidió a Maurice Ravel que contribuyera a un número de “La Revue Musicale” dedicado a Claude Debussy. Un suplemento incluía el primer movimiento de la Sonata de Ravel, así como obras aportadas por los amigos de Debussy, Stravinsky, Satie, Dukas, Bartok y de Falla, por nombrar sólo algunos. Este primer movimiento de la Sonata de Ravel, del cual se perdió el autógrafo, luego se convirtió en una obra de música de cámara de cuatro movimientos a gran escala que utiliza un vocabulario musical más moderno que el que se encuentra en casi cualquier otra composición de Ravel.
La edición crítica académica de Bärenreiter, la primera de esta obra maestra, presenta la obra en dos partituras interpretativas. Contiene una introducción a la historia de la obra que refleja la obra de Ravel y los ensayos con la violinista Hélène Jourdan-Morhange y el violonchelista Maurice Maréchal. Las fuentes de esta nueva edición incluyen la copia grabada, las partituras autógrafas personales (con versiones anteriores de algunos pasajes) que se utilizaron para ensayar la obra y las partituras de la primera edición con correcciones de Jourdan-Morhange y Maréchal. En el apéndice se incluyen las digitaciones originales de los intérpretes que no se encuentran en la primera edición. Reflejan cómo Ravel debió haber escuchado la obra en los ensayos y, como tales, son un documento de la práctica escénica de principios del siglo XX.