La inesperada muerte de una amiga dispara este texto o tapiz, donde se entretejen varios tiempos, historias, conversaciones y desplazamientos. Esta es una historia de crecimiento, de los desajustes de la identidad y el cuerpo adolescente. Punto de cruz narra cómo un grupo de mujeres transitan hacia la adultez en una sociedad atravesada por violencias machistas, clasistas, racistas y medioambientales. Para sus protagonistas, la amistad se vuelve la principal herramienta de cuidado, sentido, reparación y resistencia. La amistad y el bordado, esa actividad en que las mujeres de cientos de culturas y épocas encontraron al mismo tiempo la opresión, la represión, la libertad, la comunidad y el arte.
Esta novela es también una crónica de viaje o un relato del efecto de los viajes en la identidad propia y colectiva; y es el primer libro que une los proyectos de Almadía y Montacerdos, dos editoriales que han apostado por la literatura de Jazmina Barrera desde sus inicios y que hoy se concreta en la coedición de esta novela deslumbrante.
En Punto de cruz, Jazmina Barrera enhebra palabras para ir bordando un texto en donde se encuentran los hilos de la historia de una muerte, las hebras con las que se unen las vidas de tres mujeres adolescentes mediante el recuerdo, un viaje como ritual de paso y las puntadas que citan la voz de otras creadoras que han reflexionado sobre la compleja tarea de bordar, un acto que ha constreñido a las mujeres al mundo de lo doméstico pero que a la vez tiene una potencia creativa que funciona como denuncia y como acción liberadora.
Yasnaya Elena A. Gil
Una novela ensayística y fragmentaria […] Puntada tras puntada, el texto va dejando abierta una cadena de imágenes, retazos, rumores, cuchicheos, apuntes, reflexiones, “recaditos de adolescencia” y rescoldos de una trama cruzada que va y viene en el tiempo, la historia del bordado desde sus expresiones más antiguas y la historia de una amistad entre mujeres.
Alejandra Costamagna