Imagina al lenguaje planear su despedida es un libro de 19 poemas que apelan al lenguaje en cuanto pretenden (de) construir la realidad; sea para referirse a una condición apocalíptica, terminal, nefasta o para señalar una posible refundación. El metalenguaje involucra entre otros símbolos “la casa”, que ha sido un tema por excelencia de la literatura escrita por mujeres, sin embargo en este poemario no solo está referida “la casa” como tema, sino también como la “casa” del lenguaje, que sería un cuerpo a desarmar.
Desde el comienzo podemos destacar la poeticidad, que se concretiza en la transformación del lenguaje común en un lenguaje poético, que metaforiza espacios comunes convirtiéndolos en elementos que organizan un texto estético y a la vez político, en cuanto insiste en ocupar un espacio que ha sido invadido por el lenguaje o borrado por el mismo. Notamos también el intento en la proximidad con los lectores, dado que la hablante interpela a la autora dentro del texto, aspecto que ha sido tratado con frecuencia en la literatura de mujeres, lo que nos invita a pensarla en un continuum del género. En cuanto a la forma, los textos transitan entre la letra escrita y un lenguaje computacional que se intercala de manera precisa; con guiones, puntos, espacios, barra oblicua. Lo que interrumpe, corta y fragmenta la palabra/idea y cuerpo del texto.
Gladys González señala en el texto que acompaña al poemario: «Leonor es el fuego de la casa, es un órgano que se da vida a sí misma, que devora, respira, supura y mantiene entre sus mandíbulas el resuello del pensamiento, mientras el horizonte explosiona en el distanciamiento y la susceptibilidad que provoca la lectura. La dilación de ese porvenir es un tiempo circular, en donde la casa se desaparece a sí misma, se apaga en el mar, así como el lenguaje es transferencia e hibridez, la casa, la imagen, la bengala, el rito, el naufragio, es grito, incertidumbre y desaparición».