En 1836, Chopin introdujo el término “balada” en la música para piano con la publicación de su Balada op. 23, aunque hasta entonces sólo se había utilizado en la literatura y en la música vocal. De hecho, las cuatro baladas de Chopin tienen el carácter de una historia dramática: el hilo musical se hila con tensión creciente a lo largo de la obra, alcanzando un poderoso clímax al final. Después de los “Préludios”, hemos reevaluado exhaustivamente esta edición y la hemos revisado para incluir los últimos hallazgos académicos.
Ballad f minor op. 52
Ballad F major op. 38
Ballad g minor op. 23
Ballad A flat major op. 47