La escuela debe ocuparse hoy de la educación ética y ciudadana. Cabe preguntarse si no lo ha hecho siempre, y cabe también preguntarse por qué la insistencia actual en el tema.
En los últimos años ha crecido el debate sobre el sentido que puede tener la pretensión de que la escuela enseñe ética y ciudadanía. Desde quienes rechazan de plano toda injerencia de la escuela en temas que «son de conciencia», hasta quienes confunden educación ética y ciudadana con mera imposición de una moral o de una ideología.
Este libro está pensado como un marco teórico o de referencia, que sirva para que se puedan discutir con fecundidad los problemas relacionados con la educación ética y ciudadana. Sin duda, se trata de problemas didácticos, pero en el sentido fuerte de involucrar opciones estrictamente relacionadas con problemas teórico-prácticos y con cuestiones de política educativa.
CONTENIDO:
Capítulo 1: Formulemos las preguntas, para saber de qué hablamos
I. ¿Qué quiere decir educar en la escuela?
1. La función de la escuela a la luz de principios de justicia política
2. Las políticas educativas públicas y equitativas
3. El curriculum y sus opciones didácticas e institucionales
4. Los contenidos educativos
5. Diversidad curricular y desarrollo curricular
II. ¿Qué quiere decir enseñar ética?
1. La ética como disciplina racional
2. Autonomía moral y diálogo argumentativo
3. Autoestima y cuidado del otro
III ¿Qué quiere decir enseñar ciudadanía?
1. La ciudadanía como categoría codisciplinar
2. Participación democrática y pluralismo
3. Pensamiento crítico y solidaridad social
Capítulo 2: ¿Qué pasa hoy con la moral y la ciudadanía?
I. Hablemos de la moral
1. Dispersión de valores y conciencia ampliada de derechos humanos: una estructura disipada
2. Confusión de sujetos: la búsqueda del fármaco adecuad
3. Obligaciones morales y reglas del libre mercado
4. Palabra en retirada y morales desfondadas
5. El debate ético contemporáneo
II. Hablemos de la ciudadanía
1. Dispersión de poderes y emergencia de nuevos actores sociales: una estructura disipada
2. Confusión de ciudadanías: la búsqueda de las dosis adecuadas
3. Normas de convivencia y negociaciones pragmáticas
4. Bienestar en retirada y convivencias desoladas
5. El debate político contemporáneo
Capítulo 3: La docencia como virtud ciudadana
I. La docencia como virtud
II. La docencia como virtud ciudadana
III. Justicia y políticas públicas en la educación
Capítulo 4: Contextualicemos la demanda a la escuela de enseñar ética y ciudadanía
I. Las ambigÜedades de la demanda
1. Globalización y exclusión
2. Modernización y segmentación
3. Descentralización y anarquía
II. Una lectura diferente
1. La escuela como tiempo de la esperanza en la crisis de las utopías
2. La escuela como vigencia de lo público en la crisis del pensamiento
3. La escuela como espacio común de lo diferente en la crisis del deseo
III. Hacia una didáctica para la enseñanza de la ética y la ciudadanía
1. Qué se debe enseñar de ética y de ciudadanía
2. Cómo se debe enseñar ética y ciudadanía
3. El quién y el cuándo en la enseñanza de la ética y la ciudadanía
Capítulo 5: La nueva alianza: contenidos educativos y proyectos institucionales
I. Legitimación pública de los contenidos y autonomía solidaria de las instituciones
1. La función social de la escuela y la escuela como movimiento social
2. La nueva alianza: contenidos y proyectos
II. Definición de criterios para los proyectos educativos de formación ética y ciudadana
1. Una escuela autónoma no es una escuela soberana
2. Comunicación libre y participación responsable, fundamentos institucionales de la educación ética y ciudadana
3. Interpretación de la demanda de aprendizajes en estos campos
INTRODUCCION:
Presentación a la segunda edición
La escuela debe ocuparse hoy de la educación ética y ciudadana. Cabe preguntarse si no lo ha hecho siempre, y cabe también preguntarse por qué la insistencia actual en el tema.
En los últimos años ha crecido el debate sobre el sentido que puede tener pretender que la escuela enseñe ética y ciudadanía. Desde quienes rechazan de plano toda ingerencia de la escuela en temas que son de conciencia, hasta quienes confunden educación ética y ciudadana, con mera imposición de una moral o de una ideología.
El tema es complejo, y debemos, simultáneamente, contar su historia, ubicar sus discusiones y debates, y, sobre todo, tratar de clarificar de qué se trata.
Este libro está pensado como un marco teórico o de referencia, que sirva para que se puedan discutir, con fecundidad, los problemas relacionados con la educación ética y ciudadana. Sin duda que se trata de problemas didácticos, pero en el sentido fuerte de involucrar opciones estrictamente relacionadas con problemas téorico-prácticos, y opciones estrictamente relacionadas con cuestiones de política educativa.
Este libro no pretende dar ejemplos de cómo se podrían trabajar los temas relacionadas con la educación ética y ciudadana en las aulas de los diversos niveles del sistema educativo. Hay ya mucho material en esta línea de sugerencias para el trabajo escolar (cfr. el Anexo de este libro, donde hemos reunido algunos títulos en español).
Sí pretende ser un ejemplo de cómo se pueden ubicar y discutir los problemas. El punto de partida está en la fuerte convicción de que, en estos temas de educación ética y ciudadana, la escuela juega su función social.
Mi intención es presentar lo que considero la lógica de la educación ética y ciudadana, es decir, qué racionalidad opera en la construcción de un currículum, para enseñar lo que tiene que ver con la ética y con la ciudadanía. Lo más complejo de esta lógica es entender las relaciones, muy específicas, entre teoría y práctica, en la constitución misma de los contenidos educativos del área.
Escribir este libro me significó descubrir algo así como una nueva alianza entre escuela y sociedad, una verdadera metamorfosis de la didáctica, que se está operando en este removido terreno de las transformaciones educativas, y que nos obliga, con toda la responsabilidad de los propios lugares, a desentrañar su sentido, a discutirlo públicamente y a animarnos a pensarlo y realizarlo.
Mi perspectiva, como siempre, es la de un filósofo. En este caso, puse en juego treinta años enseñando ética en la universidad, y, todo lo que aprendí en los últimos diez, metido en el espacio de las políticas educativas públicas, en las múltiples relaciones que tuve con la escuela, con el currículum, con las políticas educativas, y, sobre todo, con maestros, profesores, directivos.
Para esta segunda edición he agregado un capítulo nuevo, el tercero: La docencia como virtud ciudadana. Destacar el carácter ético y ciudadano de la tarea docente, como tal, me pareció un complemento necesario de este intento de pensar «bases para un curriculum de formación ética y ciudadana». De este modo intento resignificar, con una nueva perspectiva, el libro en su conjunto.
Carlos Cullen