Escribe Iván Trujillo: ‘El aparecer del arte entonces no va a depender de un texto que se sabe que falta’. Glosar esta frase-lapidaria, dura y frágil como una piedra- será mi tarea… En algún momento se habló del fenómeno y del deseo que supone el ‘retorno a…’ Marx, o a Freud. ¿Retornar, con Trujillo, hoy, al arte?… No es este el proyecto que nos plantea Trujillo. En las páginas de ‘Arte y hostilidad’ se vuelve, una y otra vez, por senderos distintos, al problema, que es también recurso, de la ‘inactualidad de Hegel’, y a fortiori de la inactualidad de la estética en el programa mayor de la Enciclopedia. Nos tienta la glosa siguiente: el no saber es el momento de la apertura absoluta, tanto al por-venir, a la figura que en Derrida lleva el nombre de arrivant, que se podría incluso traducir como el ‘llegante’. como al pasado absoluto: falta, pero no tenemos conciencia de la falta, de lo que falta porque no encaja, desde siempre, en lo que podríamos recordar, y no sabemos que falta no por no haberse dado u ocurrido (lo no-ocurrido también lo ‘recordamos’, y también tiene su sitio entre las ocurrencias) sino por dos razones: el aparecer del arte depende de un texto que es ajeno al juego del falta-no-falta de la ausencia-presencia. y el saberse, el auto-conocimiento, es también ajeno al concepto de texto del que sí dependería el aparecer del arte. ‘Arte y hostilidad: la estética hegeliana y la precipitación de la violencia’ busca, con Derrida y en el encuentro entre Derrida y Hegel, ‘una violencia del pensamiento restándose al pensamiento’. Este restarse-al-pensamiento no busca, ni descansa en las identidades que crea la metáfora-como la que parece ofrecer el mismo Hegel…El pensamiento que se resta del pensamiento, pero sin asumir ni instalar una postura externa al pensamiento: la violencia que es la estética. Estética que se resta, en el mismo sentido, a la arquitectónica del proyecto crítico.Jacques Lezra
Arte y hostilidad. La estética hegeliana y la precipitación de la violencia
Sin existencias