66 canciones de Hugo Moraga, en letra y partitura, se registran en este volumen que abre con palabras de análisis y reconocimiento al talento del músico, de parte de Patricio Wang y Rodrigo Tarraza. El propio Moraga dedica seis párrafos a recordar sus inicios en la cantautoría y la guitarra, explicando de paso el título de este volumen:
Muchos auditores me han manifestado su aprecio por mi forma de tocar la guitarra y figurar armonías poco usuales como acompañamiento de la melodía principal de mis canciones; años después vine a denominar mi estilo como “guitarra continuo”, en referencia al bajo continuo del Barroco y a la función que cumple. También he recibido generosos comentarios de diversos colegas e incluso he sido distinguido por varios de ellos al escoger obras mías para interpretar y grabar sus propias versiones.
La transcripción y partituras de este libro estuvieron a cargo de Rodrigo Invernizzi (con revisión y corrección de Juan Antonio Sánchez).
Hugo Moraga
Debutó en 1974, comenzó a grabar en 1979, en sus inicios fue parte del movimiento cultural contrario a la dictadura de Pinochet, y esas coordenadas históricas pudieron moldear algunos de los rasgos musicales de este cantautor: un inconformismo a toda prueba, la virtud de no ser explícito en sus versos y la capacidad de desplegar las posibilidades de una guitarra acústica. Pero en el fondo su música no tiene edad. Hasta hoy Moraga tiene un pie en la bossa nova y otro en el funk, y en sus composiciones circulan el rock, el jazz, Antonio Carlos Jobim, Frank Zappa, Miles Davis, Spinetta, la Mahavishnu Orchestra y la Nueva Canción Chilena. Con todas estas fuentes, y aún al margen del negocio discográfico como una condición constante, el autor tiene escritas dos composiciones esenciales de la música popular chilena como “La vida en ti” y “Romance en tango”, y su cancionero es un inventario de inquietud musical tan extenso como valioso. Entre 2006 y 2009 residió en París.